Descripción
La costumbre de conservar parte de la matanza se rescata en este modo peculiar de fusionar aceite y chorizo curado. Como resultado un sabor único que traslada los sentidos en el tiempo.
Cuando en el invierno llegaba la tradicional matanza del cerdo a los pueblos, los productos curados y adobados pasaban a llenar las despensas. Era imposible consumir en un corto periodo de tiempo todos los chorizos que se elaboraban. Además, había que prever las necesidades alimenticias de todo un año. Las ollas de barro eran los cofres en los que se guardaban los chorizos en aceite. Rescatamos este modo peculiar de conservar los chorizos, los envasamos en botes con aceite. Guardamos y preservamos el método y el sabor de este producto tradicional de Soria.
Los tarros de chorizo blanco se rellenan con los chorizos blancos y su aceite, cerramos rápidamente el bote para que se cree un efecto de vacío que permitirá que este embutido tradicional se conserve durante mucho tiempo en perfectas condiciones.
Una vez cerrado el tarro, puedes conservarlos tanto dentro como fuera del frigorífico. Y cuando decidas darte un capricho, preparar un aperitivo, organizar una cena con amigos o llevarte una delicia fácil y cómoda a una comida en el campo, solo tendrás que abrir y consumir. Corta el chorizo blanco en rodajitas finas y prepárate a saborear una exquisitez.
2,550 Kg. (aprox.)